Una gran parte del trabajo que realizamos en nuestros almacenes radica en la manipulación de las cargas, moverlas tanto en sentido horizontal (traslado de un lugar a otro del almacén) o en sentido vertical (levantamiento de la carga a diferentes alturas).

Los riesgos en el almacén se producen debido que a las cargas se manipulan tanto de forma manual como con medios mecánicos que pueden estar más o menos mecanizados (transpaletas, carretillas elevadoras, etc.), en estos dos casos existe la posibilidad de que se den situaciones de peligro que puedan provocar daños materiales o bien a las personas que trabajan manipulando la carga, a los operarios que se encuentren trabajando en las inmediaciones, a las máquinas, etc.

A modo de ejemplo, los riesgos en el almacén pueden darse si hay una carga inestable en una carretilla elevadora que puede provocar su caída o un exceso de carga, que puede llegar a provocar que se produzca un vuelvo en la propia carretilla.

En la actualidad, existe un gran número de medios mecánicos para manejar las mercancías tanto dentro como fuera del almacén.

Como hemos comentado, un uso inadecuado de las máquinas puede implicar que los riesgos en el almacén se vean incrementados, provocando riesgos para el personal y las mercancías.

Por todo ello, resulta conveniente tomar medidas de seguridad antes de utilizar las máquinas por primera vez, como por ejemplo:

  • Conocer para que operaciones están diseñadas y son adecuadas.
  • Limitar el uso de la máquinas para aquellas operaciones que no sean adecuadas.
  • Los riesgos inherentes de su utilización
  • Conocer las instrucciones de manejo y seguridad.

Riesgos en el almacén: Normas para los aparatos de elevación

En el siguiente apartado, incluimos los distintos tipos de grúas, polipastos y poleas. Debemos tener en cuenta las siguientes normas de seguridad:

  • La carga máxima nunca debe ser superior a la especificada por el fabricante del aparato. La capacidad de carga o resistencia que puede soportar cada eslinga debe estar claramente señalizada en un lugar visible.
  • Disponer de eslingas de buena calidad y sustituir por otras nuevas inmediatamente aquellas que se encuentren deformadas, corroídas o deshilachadas. Además,  debemos evitar que la eslinga se encuentra apoyada sobre las aristas vivas o que forme ángulos agudos. Las aristas deben estar protegidas con sacos, trapos o escuadras de protección, con el objetivo de que la carga suspendida no sufra deterioros o se produzcan cortes en la eslinga.
  • Debemos comprobar que la carga está centrada y las eslingas bien colocadas antes de proceder a la elevación de la carga. Tanto el descenso como la elevación de carga, debe hacerse despacio, evitando paradas o arranques bruscos y en sentido vertical para evitar el balanceo.
  • Durante el traslado de la carga el encargado de dirigir la maniobra debe observar todo el recorrido, si alguna parte del trayecto no es visible uno o varios trabajadores efectuarán las señales adecuadas para la correcta carga y desplazamiento. Cuando se observe que la carga no está colocada correctamente el operario hará sonar la alarma de precaución y descenderá la carga.
  • No debemos dejar cargas suspendidas, ni transportar personas sobre las cargas, ni ganchos o eslingas vacías.